miércoles, 22 de junio de 2022

No Panty Today





Amaneció como un jueves cualquiera, otro día más en la oficina, con el único consuelo de que falta menos para el fin de semana. Como cada día mi atuendo se compone por el reglamentario conjunto ejecutivo, acomodo todo en la cama para vestirme con comodidad pero a la hora de tomar las panty algo se apodera de mi, en vez de deslizarlas por mis piernas las regreso al cajón de mi cómoda, una rebeldía desconocida, una fuerza voluptuosa me impide colocarlas en mi cuerpo, así que tomo el resto de mi ropa y me las pongo.  Todavía en la puerta algo me detiene, pero esa llama prevalece, tomo mis cosas y salgo con la certeza de que hoy será un día diferente.

La mañana transcurre sin complicaciones, completando los mismos procedimientos diarios y la ausencia de mi jefe se nota, pero ni se menciona, pero la falta está latente. De vez en cuando siento que me miran y me pregunto si el hecho de no tener pantis el día de hoy abra llamado la atención, pero en vez de molestarme o sonrojarme, me excita, hace que mueva mis caderas con ahínco, que me incline más de lo necesario, que desee abrir las piernas para ver si alguien se sonroja con lo que ve: mi coño depilado con esmero y brillante de excitación.

Las horas pasan deliciosamente lentas, logrando que mi calor corporal aumente a pesar de las bajas temperaturas que produce el aire acondicionado, siento una sensación de calor en la flor entre mis piernas y he tenido que controlar mis ganas para no ir al baño e intentar libérame, en más de una ocasión mis manos se han deslizado por mis muslos pero me he detenido a tiempo para no hacer un espectáculo en pleno piso atestado de personas.

Por fin el día va llegando a su fin y solo deseo llegar a casa, arrancarme la ropa y usar uno de mis maravillosos jugueticos para apagar el fuego que me abraza. Las últimas horas las paso imaginándome en mi cama, con las manos sobre mi cuerpo, abriendo mis pliegues, incitando ese botón sagrado y maravilloso, gimiendo de placer, pero algo me despierta de mi ensoñación, giro mi rosto y ahí está un hombre alto, fuerte, de mandíbula cuadrada y poderosa, que ha plagado más de uno de mis sueños eróticos, mi jefe. Tiene un brillo diferente en sus ojos, me penetra con la mirada y se dirige a mí con pasos largos y elegantes.

- Buenas tardes, señor. Puedo ayudarle en algo.- son las palabras que brotan de mis labios.

- Si, el informe del proyecto Country, lo estaré esperando en mi oficina. Gracias.-Sin más se retira.

Observo alrededor y es claro que la hora de irnos ha llegado, mis compañeros me miran con pena, esto me tomara por lo menos una hora más. Pongo manos a la obra, entre más rápido termine, mas pronto podre llegar a casa y regalarme esos cuantos orgasmos que hoy he reprimido. Trabajo rápido y con precisión, así que en menos de 40 minutos he terminado, imprimo el documento y me dirijo a la oficina de mi jefe, la cual es acristalada, pero en estos momentos tiene las cortinas bajas, no totalmente cerradas, todavía es posible distinguir siluetas por las pequeñas ranuras. Toco un par de veces e inmediatamente entro en el lugar, lo veo con el seño fruncido a causa de la concentración, ni siquiera levanta la mirada, alza una mano para indicarme que me siente y que le entregue el documento.

Abre el documento, se toma unos minutos para revísalo, otra vez no se que se apodera de mi, aparto mis piernas con sensualidad con la certeza de que si levanta la vista podrá ver mi intimidad, pero no puedo evitarlo, ese calor que me ha atenazado todo el día vuelve con intensidad, y ocurre lo esperado, levanta la vista y su mira esta fija en ese punto entre mis piernas, puedo ver un brillo nunca antes visto en sus ojos, se levanta lentamente se desliza sobre el escritorio, quedando recargado este y solo con la mirada me motiva a abrir más las piernas y en ese momento lo siento, lo comprendo, este ha sido el motivo de no usar las pantis, de que todo el día la pase excitada, así que actuó.

Coloco mis manos en mi cuello  y las deslizo lentamente atreves de mi busto, soltando algunos botones, continuo mi recorrido hasta llegar al bordillo de mi falda, lo miro, y su mirada solo grita continua, así que obedezco, hago el retroceso con mis manos y con ellas mi falda se levanta y mi coño se muestra listo y dispuesto.

S⁶u manos se apoyan en la madera que le sostiene, es como si buscara un punto de sostén para controlarse, levanto derecha mi pierna derecha y la coloco en la silla continua, y dejo que mis manos se adentren en mi sexo, abro mis pliegues e inicio un lento recorrido por estos, mis fluidos hacen que mis dedos se deslicen con soltura, sin restricciones, mis ojos nunca abandonan su rostro y sus ojos nunca abandonan mi sexo, es sensual, excitante, perverso y erótico, con lentitud introduzco un dedo en mi cavidad y su mirada se profundiza aun mas, inicio un lento vaivén y de mis labios escapan gemidos y suspiros, necesito mas así que el segundo y tercer dedo se unen al baile, me siento cerca, siento el orgasmo formándose en mi bajo vientre, lo espero con ansias y justo cuando se que con solo unas envestidas mas lo conseguiré, el aparta mis manos, lo miro frustrada y deseosa, el solo sonríe.

Se arrodilla entre mis piernas y con rapidez lleva sus labios a mi clítoris, me asalta con hambre y necesidad y sus dedos ocupan el lugar donde hace un momento estaban los míos, la excitación regresa con mayor intensidad, mis gemidos aumentan de volumen, no me preocupa que el guardia de seguridad puede subir a piso y ver nuestras acciones por las semi-corridas cortinas o que escuche mis gemidos, solo estoy concentrada en las maravillosas caricias que recibo, en como succiona  y chupa mi sexo, como traga cada gota de fluido que brota de mis entrañas, como sus dedos entran y salen de mi cuerpo, lo deseo, lo necesito, pero una vez más se detiene. Esta vez todo es más rápido, en poco segundo tengo su polla en mi boca y sus manos en la parte posterior de mi cabeza, esta dulce y salada a la vez, guía mis movimientos y chupo su largo y duro pene, una de sus manos se desliza por mi espalda y se introduce por mis nalgas hasta alcanzar mi clítoris, se mueve con precisión, y fuerza, chupo con ansias, Dios lo deseo, mis venas recorren su falo, y la punta de su polla toca mi garganta, es bueno y maravilloso.

Cuando la necesidad en ambos es insoportable, se aparta, me levanta y en pocos segundos estoy con el rostro sobre el escritorio y su enorme falo me penetra de una sola y rápida envestida, es rápido y fuerte, y sé que esta vez obtendré lo que he deseado todo el día, entra y sale de mi cuerpo con presión y maestría, como solo un hombre como él podía, toca cada fibra de mi cuerpo con destreza, y el concierto de gemidos que escapan de mis labios es la mejor sinfonía, sus gruñidos en mi oído solo motivan y alientan a los míos.  No sé si fueron minutos u horas, pero el ansiado orgasmo llega fuerte, abrazador, demoledor e inclemente, dejándonos a los dos agotados y satisfechos.

Cuando normalizamos nuestros ritmos cardiacos y respiraciones, se levanta, me ayuda a hacer lo mismo, y con sus fuertes manos intenta organizar mi ropa, se inclina besa fuerte y sensualmente mis labios, y se dirige a mi hoy oído y sus palabras solo me hacen pensar, que el día de NO PANTY TODAY,  continuará mañana.

Fin